Génesis fue el primer soplo. Un momento de origen donde el gesto, las manchas y los dobleces insinuaban formas aún no reveladas. Como una partitura abstracta, las composiciones nacían del instinto y la conexión con lo invisible, proponiendo una geometría sin cálculo, orgánica, intuitiva, como el lenguaje de los sueños.
En Escrituras, la palabra se convirtió en huella. Capas de textos escritos a mano crearon texturas visuales, palimpsestos emocionales donde lo dicho y lo no dicho convivían. La palabra dejaba de ser mensaje para convertirse en materia. Era su alma hablándose a sí misma en voz baja.
Alquimia trajo el fuego de la transformación. Pinturas que surgían del accidente, del error que se vuelve revelación. Manchas, veladuras, textiles: la materia como símbolo del tránsito interno. Esta etapa es laboratorio y ritual, donde el oro no es un color sino una conciencia.
Con Armaduras y Corsets, el cuerpo se volvió símbolo. Una serie donde la forma contenida habla de los moldes impuestos, de las ataduras culturales y personales que el alma debe romper. Son cuerpos enmudecidos que, paradójicamente, gritan. Son memorias corporales que aprietan pero también dejan huella: como un ADN que quiere liberarse.
Alas fue la consecuencia natural: la expansión. Lo que estuvo oprimido busca vuelo. Esta etapa es un canto a la libertad, pero también a la vulnerabilidad de abrirse. Las alas no son ornamento, son cicatriz convertida en movimiento.
Origami introduce la geometría sagrada. Como si cada doblez fuese una decisión vital, un pensamiento doblado con precisión amorosa. Aquí, la materia es plegada como el tiempo, como la vida. Lo plano se vuelve tridimensional. Lo simple, complejo. Y lo complejo, bello.
Y luego llegó El Vórtice. La síntesis. La obra más reciente de Paula no se explica: se experimenta. Aquí todo su recorrido se condensa en un gesto esencial. El vórtice es centro y espiral. Es donde lo que fue y lo que será coexisten. Es canal de energía, es templo interior, es ella misma reconociéndose como canal entre mundos. Sus obras actuales, tanto físicas como digitales, son portales simbólicos. No representan, activan. No ilustran, vibran.
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